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lunes, 6 de abril de 2020




lunes, 20 de agosto de 2012




ASCENSO NUEVAMENTE

Sin embargo, dirigentes de puro corazón azul no abandonaron el equipo y siempre hubo un esfuerzo notorio por devolverlo a la primera división. Fue hasta 2004, que el mítico Raúl Alfredo "Araña" Magaña se acercó a los directivos, presentó un proyecto, se esforzó por hacer llegar patrocinadores y nuevos directivos que aportaron dinero, tiempo y esfuerzo.

Luego de casi cinco años de trabajo, el equipo alcanzó el título del torneo Apertura 2008 de segunda división, lo que lo dejaba fijo para disputar el ascenso con el campeón del torneo Clausura 2009 o con el noveno lugar de la primera división.

Asimismo, el equipo marciano podía buscar el ascenso directo ganando los dos torneos de la temporada 2008-2009, objetivo que no se cumplió al haber quedado eliminado de la final del torneo Clausura al perder la semifinal ante el Marte Soyapango en la tanda de penaltis (1-1 y 2-2, en la serie).

Así, el Atlético Marte esperó al ganador del partido AFI El Roble - Marte Soyapango, resultando el equipo de Ilobasco como el rival a vencer.

El 14 de junio de 2009, será la fecha que quedará en la historia en el que el Atlético Marte logró su retorno a la primera división al derrotar 1-0 al AFI El Roble, en el estadio Cuscatlán.


El Atlético Marte pasó a la fase previa (centroamericana) como campeón de copa de El Salvador al derrotar al Luis Ángel Firpo de los Cienfuegos, Díaz Arce, Leonel Cárcamo y extranjeros como Fernando de Moura, entre otros, y que llegaban con más de 50 partidos sin derrota.

“El Maestro” Óscar Washington Tabárez dijo recientemente que luego de entregados los premios éstos ya son historia y hay que pensar en el presente y en el futuro.



Sin embargo, la historia se escribe con las experiencias que quedan para ejemplificar éxitos y fracasos.





Sin embargo, sus equipos de calidad fueron finalmente reconocidos internacionalmente, en 1992 se coronó campeón de la CONCACAF Copa de Ganadores de la Copa, un concurso celebrado en Guatemala y con la presencia de equipos fuertes de tantosen las regiones como el Club Universidad de Guadalajara, México;Comunicaciones, Guatemala, Saprissa, Costa Rica, y el Real Estelí,Nicaragua.

El 19 de enero de 1992 el Atlético Marte fue a Guatemala para disputar un torneo de copa de CONCACAF, del que salió campeón.

En Centroamérica, los marcianos vencieron al Saprissa tico, al Real Estelí pinolero y empataron con el Comunicaciones chapín. En un torneo de uno contra todos, ticos y guatemaltecos empataron 3-3 en el último encuentro y eso dejó al Atlético Marte como campeón del área.

En la fase final, el Atlético Marte empató con el Comunicaciones, derrotó a los Tecos de la Universidad de Guadalajara, y al Rácing Club de Haití, sumó cinco puntos y su mejor diferencia de goles frente al Comunicaciones lo dejó con el título internacional.

En 1992, el Atlético Marte alcanzó un título de CONCACAF para afianzarse como uno de los grandes de la historia del fútbol salvadoreño. Pocos lo recuerdan y muchos lo olvidan o lo pasan por alto, pero el Atlético Marte es el último equipo de El Salvador que ha ganado un título de CONCACAF. Nos referimos al que ganara en enero de 1992, en Guatemala,r.

Muchos dirán que el Alianza ganó el título Grandes de Centroamérica, pero este fue un torneo que no se homologó como oficial en las entidades regionales.

El Atlético Marte pasó a la fase previa (centroamericana) como campeón de copa de El Salvador al derrotar al Luis Ángel Firpo de los Cienfuegos, Díaz Arce, Leonel Cárcamo y extranjeros como Fernando de Moura, entre otros, y que llegaban con más de 50 partidos sin derrota.

“El Maestro” Óscar Washington Tabárez dijo recientemente que luego de entregados los premios éstos ya son historia y hay que pensar en el presente y en el futuro.



La Recopa de la Concacaf de 1991 fue la primera edición del torneo. Fue ganada por el club salvadoreño Atlético Marte, el sistema para definir al campeón en esta edición inaugural fue por medio de tabla acumulada. Comenzó el 9 de noviembre de 1991 y termino el 19 de enero de 1992

Sin embargo, la historia se escribe con las experiencias que quedan para ejemplificar éxitos y fracasos.


SUB CAMPEONATO EN CONCACHAMPIONS 


Previamente habían llegado a la final de la Copa de Campeones de la Concacaf en 1981, sin embargo, perder al SV Transvaal de Surinam en dos series .

Fue en 1981 cuando la final se llevó a cabo en la ciudad de Paramaribo , capital de Suriname, y que de acuerdo a los ex jugadores, el inicio de la guerra civil en nuestro país fue la razón por la CONCACAF decidió que los dos partidos en el Estadio Andre Kamperveen .

Si de méritos se habla, se puede decir que el Transvaal es el equipo más importante de Surinam. Su palmarés tiene una envidiable marca de 19 títulos de liga, cuatro copas Presidente y dos copas de la que ahora sería la Liga de Campeones de la CONCACAF, uno de ellos se lo ganó nada menos que al Atlético Marte de El Salvador.
Fue en 1981 cuando se disputó la final en la ciudad de Paramaribo, capital surinamés, ya que según cuentan los exjugadores, el inicio de la guerra civil en nuestro país fue motivo para que la CONCACAF decidiera realizar ambos encuentros en el estadio André Kamperveen.
El primer encuentro se disputó bajo una gran tormenta. “Nunca había llovido como en esa ocasión. El terreno de juego se puso feo y afectó a los dos equipos”, recuerda Wesley Bundel, centro campista que disputó los dos encuentros.
“El Marte quería jugar con pases cortos, pero no pudo, eso lo aprovechamos nosotros”, indicó.
Bundel anotó el gol con el que finalizó el primer partido con empate 1-1. “Fue de tiro libre. Recuerdo que casi no le habíamos pegado al marco, pero le di con todo .
Para el segundo enfrentamiento, Johan Leisberger anotó el gol con el que los surinameses se llevaron la victoria gracias a una gran jugada de velocidad. El capitán Hagadeau fue el encargado de levantar el título y gracias a la gran actuación de su delantero Theo Klein fue aclamado como el jugador del partido y recibió el premio del jugador del año en Surinam ese año.
El Transvaal alineó con Barron en portería; Hagadeau, Schaul, Brammerlo, Oehlers; Wannenburg, Leisberger, Bundel, Mortan; Corte y Theo Klein.



Zona Norte/Centro América

Primera Ronda

Equipo 1  Resultado  Equipo 2  Ida    Vuelta  
Atlético Marte Flag of El Salvador.svg5 - 3Bandera de Guatemala Juventud Retalteca2 - 23 - 1
CD Marathón Bandera de Honduras5 - 1Flag of El Salvador.svg CD Santiagueño4 - 01 - 1
Xelajú MC Bandera de Guatemala2 - 4Bandera de México Tigres0 - 02 - 4
Real España Bandera de Honduras2 - 4Bandera de México Cruz Azul2 - 10 - 3
  • Atlético Marte, Marathón, UANL Tigres y Cruz Azul avanzaron a la siguiente ronda.

Segunda Ronda

Equipo 1  Resultado  Equipo 2  Ida    Vuelta  
Tigres Bandera de México1 - 2Flag of El Salvador.svg Atlético Marte1 - 10 - 1
CD Marathón Bandera de Honduras4 - 2Bandera de México Cruz Azul3 - 11 - 1
  • Atlético Marte y Marathón avanzan a la siguiente ronda.

Tercera Ronda

Equipo 1  Resultado  Equipo 2  Ida    Vuelta  
Atlético Marte Flag of El Salvador.svgw/oBandera de Honduras CD Marathón
  • Marathón abandonó el torneo.
  • Atlético Marte avanza a la Final de la CONCACAF.


Final Copa de Campeones

30 de enero de 1982 Paramaribo
SV Transvaal 1-0  Atlético Marte  [Johan Leisberger 84]

2 de febrero de 1982 Paramaribo
Atlético Marte 1-1 SV Transvaal [Wilfredo Huezo; Wensley Bundel]



SV Transvaal Campeón (2-1).




El 25 de diciembre de 1985 es la fecha en la que el Atlético Marte obtuvo su último título de primera división, el octavo, al derrotar en el partido definitorio al Alianza por 5-2 en un partido que se alargó a 120 minutos al haber terminado 3-2, a favor de los marcianos, en tiempo regular, resultado que emparejaba la serie ya que el Alianza había ganado el último partido por 5-3.
El Atlético Marte no contó con varios jugadores titulares expulsados en la jornada precedente, como José Luis Rugamas, Alfredo Fagoaga, Marcial Turcios, santana Cartagena, entre otros, pero el concurso de jugadores como Danilo Blanco, Guillermo Lorenzana Ragazone, Nelson Escobar, sustituyendo a los suspendidos, más la gran labor de los uruguayos Raúl Esnal y Mario Figueroa, y los nacional Norberto Huezo, Salomón Campos, Mauricio Perla y Carlos Meléndez, entre otros, bastó para obtener la octava corona, misma que el equipo capitalino alcanzó incluso terminando este encuentro con nueve hombres, al haber sido expulsados Salomón Campos y William "el Pony" Rosales.
Los goles del triunfo marciano fueron obra de Salomón Campos Mezquita, Norberto Huezo, Mario Figueroa (2) y Wilfredo Huezo.






Sólo una vez en la historia del fútbol salvadoreño se definió un campeonato de liga en el día de Navidad; y la final de la Navidad conserva su pedestal particular. Fue, en su concepción, y es, un cuatro de siglo más tarde, la única definición de una campeonato de la liga mayor del fútbol salvadoreño disputada un 25 de diciembre. Un caso único, y por eso, memorable.

El formato que utilizaba antes la Primera División para decidir a sus campeones, acabó con el Alianza de líder. El Marte, por haber sido puntero en la campaña regular, de 27 jornadas, tenía derecho a disputar una final con los albos.

Esa definición se planeó a dos partidos, en los domingos 22 y 29 de diciembre. Pero después de la primera final, ganada por el Alianza 5-3, los directivos se dieron cuenta tarde (hay cosas que nunca cambian) de que el estadio Cuscatlán estaba ocupado para el fin de semana siguiente. La solución fue adelantar la segunda final para el miércoles 25 de diciembre.

Y así se hizo. Por eso, en mero 24 de diciembre, los planteles estaban concentrados; el Atlético Marte, en el hotel Alameda, en plena Roosevelt; el Alianza, en el hotel Vista al Lago, en el lago de Ilopango.
Los protagonistas recuerdan esa noche por el contraste de ver pasar una Navidad fuera de casa y al mismo tiempo dedicar toda energía en preparar un duelo por la corona. 


Hubo entrenamientos cortos, tiempo libre repartido entre música, naipes, visitas tardías de familiares y una cena ligera entre compañeros. Eran años preinternet, en los cuales para comunicarse había que hablar con el de al lado.

A los jugadores extranjeros, todos recién llegados esa campaña, les tocaba acostumbrarse a la pólvora despilfarrada en las noches de fiesta nacional.
Y los aficionados comenzaron a discutir pronósticos en una noche inusual. El Salvador vivía entonces una guerra, pero el fútbol siempre fue el pretexto más efectivo para pactar treguas, para pensar en nada más en el juego, en sus detalles y en su inolvidable folclor.

EL FÚTBOL NACIONAL
La Primera División era entonces, como ahora, una institución inestable. Los campeonatos cambiaban de forma muy seguido, los equipos sumaban y despedían jugadores y técnicos a un ritmo mucho más frenético que el actual, y había pocas reglas sobre el mercado de transferencias, sobre todo en cuando a extranjeros.
No todos los equipos se vendían de otra manera que no fuera con la venta de entradas al estadio. No todos los clubes tenían patrocinadores en sus camisas. El Alianza finalista tenía el logo de la empresa TACA; el Marte portaba sólo su logo y sus siete estrellas.
La televisión no era un vehículo exprimido en el área comercial, como sí lo era la radio. Existía en el mundillo del balompié local aquella máxima popular que decía que, “si un partido lo dan por la tele, la gente ya no va al estadio”. 

La final entre el Marte y el Alianza, sin embargo, sí fue televisada. La transmisión estuvo a cargo de canal 12, empresa que había nacido apenas unos años atrás, como única alternativa a la Telecorporación Salvadoreña y a la Televisión Educativa.
En la cancha también se veían cosas que desaparecieron con el tiempo. Por ejemplo, jugadores con las medias caídas, aquella moda setentera, tan popular en el mundo al ver que las grandes estrellas de las selecciones mundialistas hacían golazos con sus chimpinillas desprotegidas.

En la final de 1985, jugadores como Carlos Reyes y Ramón “el Primi” Maradiaga, disputaron esa final con las medias abajo. Y los árbitros, como era costumbre antes de los 90, vestían exclusivamente de negro.

Por último el estadio Cuscatlán era todavía una estructura gris y con pocas sillas de plástico. No había asientos en las tribunas (apenas separaciones metálicas) y las paredes del escenario no tenían la pintura amarilla y roya, con el tono extraño de la actualidad. No todo lo nuevo es bueno.
LOS EQUIPOS
El Atlético Marte tuvo en la temporada de 1985 uno de sus mejores años en la cancha. El director técnico Armando Contreras Palma llevaba ya cinco años al mando de la plantilla, y había sido campeón nacional dos veces y una vez subcampeón de la Copa CONCACAF con puros jugadores salvadoreños (el último plantel en lograr tal hazaña).
Contaba con una columna vertebral de jugadores mundialistas con la selección salvadoreña: Ramón Fagoaga, en la defensa; José Luis Rugamas, en el medio campo; José María “el Mandingo” Rivas y Guillermo Lorenzana Ragazzone, adelante.
Además, el joven arquero Carlos “el Cacho” Meléndez ya tenía varios años de experiencia en la liga mayor; los zagueros Marcial Turcios, William Rosales y Nelson Escobar formaron una línea respetable; y del medio campo para arriba había elementos versátiles como Mauricio Perla, Santana Cartagena, Danilo Blanco, Salomón Campos y Will Huezo; casi todos habían ganado con el Marte las coronas domésticas en las campañas 1980-81 y 1982.


Con esa base, el Marte inició la temporada, el 21 de abril de 1985, de forma arrolladora: se mantuvo invicto en las primeras 20 jornadas, con 10 victorias y 10 empates. 
Cuando el Chalatenango le quitó la imbatibilidad, el 15 de septiembre, por la fecha 21, los bombarderos ya comandaban con autoridad el circuito, y no peligraba en lo mínimo su boleto a la postemporada.
La dirigencia marciana, sin embargo, deseaba aprovechar la anarquía en el mercado de transferencias de la época, y en medio del torneo comenzó a buscar refuerzos extranjeros.
El primero de ellos llegó de sorpresa. El delantero uruguayo Mario Figueroa tenía varios años de jugar en Centroamérica. Militó en el Olimpia, de Honduras, y formaba parte del Saprissa tico cuando el técnico Julio Escobar lo quiso traer al Águila. Figueroa vino al país a unirse al cuadro migueleño, pero al mismo tiempo Escobar fue despedido, y el sudamericano decidió quedarse en El Salvador, pero en el Marte. 
Figueroa debutó en la segunda vuelta del campeonato, y no faltó a ningún partido del resto del torneo. Formó de inmediato una poderosa dupla de ataque con “el Mandingo” Rivas que fue mejorando fecha tras fecha y alcanzó su mejor momento en la cuadrangular final.

La última línea azul, formada por el arquero Meléndez, los extremos Turcios y Rosales, más los centrales Ramón Fagoaga y Escobar, no permitió que ningún equipo le anotara más de dos goles al Marte en toda la campaña regular.


Este cuarteto sufrió un cambió en la jornada 27, cuando los popes marcianos contrataron al central uruguayo Raúl Esnal, quien venía del Aurora, de Guatemala. Esnal, un jugador sobrio y seguro, era precedido por su medalla de campeón de la Copa América de 1983, ganada por la selección uruguaya,

en la cual compartió plantel con Enzo Francéscoli, Nelson Gutiérrez y Fernando Morena.
En el Marte, Esnal desplazó a Nelson Escobar a la banca. El tiempo iba a probar que todos los minutos que Escobar sumó en la temporada servirían en el momento más oportuno.

Por fin, en la segunda fecha de la cuadrangular final, cuando el Marte superó al Águila 2-1, se unió la última pieza del plantel: Norberto “el Pajarito” Huezo, capitán de la selección nacional de El Salvador.

Huezo, quien venía entonces de la segunda división de España, ya había jugado muchos años en el Marte de los 70, y conocía bien al equipo y a sus nuevos compañeros. El jugador sacrificado con la llegada del “Pajarito” fue Danilo Blanco; pero como pasaría con Escobar, el hecho que Blanco fue titular durante casi toda la campaña le iba a ser de ayuda al equipo.

Con ellos, el estilo del Marte era el de un equipo dominante. Tocaba el balón a ras de piso, intentaba primero llegar con paredes por centro antes de lanzarse a una llegada por los costados, y sabía ejecutar los contragolpes a toda velocidad.

EL ALIANZA

El plantel albo era un caso distinto al del Marte. No gozó de la presencia de un solo director técnico durante esa campaña. su primer míster fue Ricardo Mena Laguán, y en medio del campeonato, los directivos lo reemplazaron con el argentino Juan Quartarone. 


Apenas un año antes, Quartarone había hecho campeón al FAS con un fútbol vistoso; el cuadro tigrillo lo despidió a medio circuito de 1985, y el Alianza lo incorporó a su plantel.


El plantel albo, por su parte, estaba lleno de jóvenes. Jugadores como William Rosales Santillana, Carlos Medrano, Juan Ramón Pacheco, Julio Palacios Lozano y Joaquín Canales, todos futuros multicampeones con el Alianza, estaban en pleno ascenso, pero carecían de la regularidad de un plantel experto.


A media marcha, la directiva paquiderma contrató a los atacantes uruguayos Carlos Reyes y Rubén Alonso; luego añadieron al hondureño Ramón “el Primitivo” Maradiaga, un mundialista que realizó casi toda su ilustre carrera en las canchas de la liga salvadoreña.


A los albos les alcanzó el talento para clasificar a la cuadrangular en tercer puesto; perdieron siete partidos; el Atl{etico Marte, apenas dos. Pero el impulso de sus grandes figuras hizo que el Alianza se creciera en la recta final, y superó al Marte por puntos en la definición del campeonato, a pesar de que albos y azules empataron sin goles sus dos choques en la postemporada.


En el primer partido final el 22 de diciembre, el Alianza jugó su mejor partido de la temporada. El Marte tuvo su peor día.


Con dos goles de Rubén Alonso, uno del “Primi” Maradiaga, uno del defensa Biegler y uno de “Kin” Canales, el Alianza aplastó al Marte 5-3; por los bombarderos descontaron “el Chelís” Rugamas y “el Pajarito” Huezo, en dos ocasiones.


Pero lo peor para el Marte fue el recorte que sufrió en su plantel tras la primera final. Entre expulsiones y lesiones, el técnico Contreras Palma se quedó sin José Luis Rugamas, Marcial Turcios y Ramón Fagoaga. Es decir, perdía a los líderes del equipo dentro de la cancha, aquellos que sabían dominar un trámite tan complejo como es una final de campeonato.

El Alianza parecía, entonces, el gran favorito para ganar el título. Y su afición lo entendió así. Los albos de 1985 se habían transformado en un equipo especial. Habían pasado 18 años sin que el Alianza fuera campeón. Quedó en segundo lugar en 1971, 1973, 1976 y 1979; cuatro subcampeonatos que impacientaban todavía más a los fieles blancos.
En la tarde de aquel 25 de diciembre de 1985, el estadio Cuscatlán vio cómo se llenaron sus tribunas populares; apenas se vieron vacíos en sombra norte, y casi todos los presentes vestían de blanco, querían ver de nuevo al Alianza campeón.

LA FINAL

El técnico Contreras Palma resolvió el dilema de los ausentes de la mejor forma posible. Reincorporó a Nelson Escobar y a Danilo Blanco al 11 titular. Ambos daban la garantía de haber sido titulares por la mayoría de jornadas ligueras.


En la banda izquierda, el sector de Turcios, fue improvisado el contención Mauricio Perla, pero no de una forma estática.


El delantero Lorenzana Ragazzone bajó a la media cancha, junto al “Pájaro” Huezo y Salomón Campos Mezquita, para asistir a los dos delanteros, Rivas y Mario Figueroa.


En el ecuador del 11, Huezo asumió el liderato. Fue él quien manejó los hilos del equipo, el que dictó por donde circulaba la pelota y quien cobró las faltas con un gran criterio. La mayor parte de ese encuentro, la pelota perteneció al Atlético Marte.


Las respuestas del Alianza pasaban por la misma línea estratégica, aunque con diferentes intérpretes.


La última línea blanca, que debía proteger a Rosales Santillana, estaba compuesta por “la Llanta” Medrano, lateral derecho; Óscar Biegler y “el Mudo” Rodríguez en el centro; y Merino Barquero, lateral izquierdo con mucha subida.

Adelante de estos cuatro, un medio de marca, José Antonio García Prieto, capaz de robar balones y distribuirlos con la misma eficacia.
Y los goles los buscaban entre cinco: Maradiaga, por la izquierda; Reyes, por la derecha; Palacios Lozano y Canales por todo el frente de ataque; y Alonso de delantero centro.
Todo esto produjo un partido de toque, de permanentes combinaciones, y jugadas pausadas, pensadas, reflexionadas. El desborde por las bandas fue la última opción, porque había talento para hacer paredes.

LA DIFERENCIA

El Marte comenzó ganando cuando las marcas blancas comenzaron a parecer nerviosas.
Apenas al minuto 9, una falta del “Mudo” Rodríguez sobre Figueroa dio paso a una jugada de laboratorio, bien ejecutada por “el Pajarito” Huezo, quien habilitó a Salomón Campos.


Las repeticiones televisivas no muestran si Campos toca el balón en el área; lo cierto es que la pelota dio un rebote y superó al arquero Rosales Santillana.


Diez minutos después del 1-0, Huezo realizó un genial pase en produndida al “Mandingo” Rivas, y dejó al delantero frente a frente con rosales Santillana, y el guardameta lo derribó; fue penalti. El mismo Huezo lo ejecutó: 2-0.


Demasiado temprano en el partido, el Marte estaba 2-0 goles arriba. El Alianza necesitaba realizar una remontada insólita para quedar campeón.


¡VAMOS, BLANCOS!
Impulsado por la expectativa, la afición los 18 años sin títulos y su juventud, los albos comenzaron a controlar el balón la mayor parte del tiempo, pero su despliegue careció de profundidad.
Todo el Marte, especialmente los jugadores que salieron de emergencia, realizaron un desgaste defensivo agresivo, insistente y admirable. Ese deseo los llevó a veces a pasarse de la raya, y por eso Rosales fue expulsado quizá cuando sus compañeros más lo necesitaban.
Entonces, los veteranos del Marte impusieron su paciencia, regalaron el balón y cedieron metros den al cancha.
El Alianza descontó, gracias a un tanto de “Kin” Canales, pero tuvo que seguir avanzando para lograr el empate, y cuando más cerca parecía de lograrlo, el cuadro bandera aplicó una estocada letal.
En un despeje largo del “Cacho” Meléndez, Mario Figueroa encontró un boquete entre los zagueros blancos, y en carrera superó al último hombre, Biegler, y le cruzó la pelota a Rosales Santillana. No fue solamente un tanto brillante para la final de la Navidad; fue uno de los mejores goles en la historia de las finales nacionales.

El 3-1 casi aseguró el triunfo. Los 90 minutos acabaron 3-2. Por las reglas del campeonato, no se tomaba en cuenta de inicio la diferencia de goles. La balanza acordada indicaba que ambos equipos acabaron los dos encuentros igualados en puntos; debía entonces jugarse un alargue de 30 minutos, para que alguno quebrara el empate.

El Marte no tuvo que esperar demasiado. Apenas al inicio del tiempo extra, Figueroa marcó el 4-2; y casi de inmediato, Will Huezo, quien había ingresado de cambio por Danilo Blanco, estiró las diferencias a un 5-2.
El Alianza siguió atacando hasta el final de los 120 minutos, pero el marcador ya no se movió. Los albos no aprovecharon ni el hecho que el Marte se quedó al final con nueve hombres, por la expulsión de Salomón Campos. La balanza de goles y el duelo mental ya lo había ganado el Marte, y cuando Ortiz Cardoza pitó el final, los aficionados azules celebraron uno de los triunfos más dulces e inolvidables de su historia.

Con la perspectiva de un cuarto de siglo, las imágenes que evoca la final de la Navidad proponen un contraste evidente con el fútbol actual, tanto en la industria como en el estilo.

El fútbol nacional cambió poco a poco después de aquel partido, tanto para la liga mayor como para ambos equipos.
El Marte cantó uno de sus últimos alirones aquella tarde. Poco después, ese plantel comenzó a ser desmembrado. Los jugadores veteranos no fueron reemplazados de forma adecuada, y el equipo nunca más volvió a rescatar aquel estilo de armar planteles exclusivamente con jugadores nacionales.

El último gran cuadro del Atlético Marte fue el campeón de la Recopa de CONCACAF de 1992; después, con el abandono de sus directivas tradicionales, que se hallaban en el Ejécito (una de las instituciones que más cambiaron con el final de la guerra, en 1992), su luz en la primera división se fue apagando hasta que chocó con el descenso. Apenas el año pasado logró volver al circuito mayor.

Aquella generación del Alianza vio premiado su esfuerzo recién al torneo siguiente, el de 1986-87, cuando los albos fueron campeones. Santillana, Medrano, Pacheco, Palacios y Canales también fueron campeones con el Alianza tres años más tarde, en 1990; “Kin” incluso celebró su última vuelta olímpica de blanco en 1997, ya como un veterano de más de una década en la liga. Aquella fue una de las generaciones más exitosas del club.
Aquel sistema de cuadrangulares, que medía a los cuatro mejores de la temporada regular en una liguilla, sobrevivió hasta 1994; en 1995, las semifinales llegaron para quedarse.
Y en cuanto a las transferencias a medio torneo, las nuevas reglas del mercado le impiden a los equipos sumar nuevos elementos a menos que uno de sus jugadores inscritos no pueda ejercer por fuerza mayor.


El Salvador ya no es, además, uno de los mercados futbolísticos más atractivos de Centroamérica en cuanto a sueldos, superado por Honduras, Costa Rica y Guatemala.


Ahora, las camisetas de los equipos venden anuncios hasta su último hilo.
Las chimpinilleras no dejan que haya más jugadores con las medias caídas.


FICHA DEL PARTIDO
ATLÉTICO MARTE
1. Carlos Meléndez
4. William Rosales
18. Raúl Esnal
14. Nelson Escobar
13. Mauricio Perla
11. Salomón Campos
12. Danilo Blanco
24. Norberto Huezo
7. Guillermo Ragazzone
9. José María Rivas
6. Mario Figueroa

Cambios
10. Will Huezo x Blanco
20. Herbert Jaco x Figueroa
Técnico: Armando Contreras Palma

ALIANZA FC
1. William Rosales Santillana
12. Carlos Medrano
3. Alejandro Biegler
6. Óscar Rodríguez
13. Carlos Merino
7. Antonio García Prieto
23. Ramón Maradiaga
16. Julio Palacios Lozano
22. Carlos Reyes
20. Rubén Alonso
10. Joaquín Canales
Cambios
21. Juan Ramón Pacheco x Maradiaga
25. Salvador Moreno x Merino
Técnico: Juan Quartarone

GOLES:
ATLÉTICO MARTE: (1-0) Salomón Campos (9’), (2-0) N. Huezo (18’, penalti), (3-1) Mario Figueroa (74’), (4-2) Mario Figueroa (93’), (5-2) W. Huezo (112’)

ALIANZA FC: (2-1) Canales (54’), (3-2) Biegler (81’)
ÁRBITRO:
Carlos Ortiz Cardoza. Amonestó a Rosales, Perla, W. Huezo, del Marte; Canales, del Alianza. Expulsó a Rosales y a Campos, del Marte.

ESTADIO: Cuscatlán, San Salvador.
Parados, de izquierda a derecha: José Antonio "Tolin" Infantozzi, Marcial Turcios, Miguel González, Milton Campos, Gonzalo Henríquez y Carlos "Cacho" Meléndez; Hincados, mismo orden: Danilo Blanco, Luis Mauricio Perla, Salomón Campos Mezquita, William Rosales y Wilfredo Huezo



El séptimo título se alcanzó nuevamente en 1981 ,sólo con jugadores nacionales y siembre bajo la dirección del técnico Armando Contreras Palma, teniendo como auxiliar al ex mundialista Juan Ramón "Mon" Martínez.
En una serie de dos partidos, el Atlético Marte venció al Independiente, de San Vicente, con triunfos de 1-0, en el juego de ida, anotación alcanzada por José Antonio "Tolín" Infantozzi; y en el juego de vuelta, la victoria fue de 2-0, anotaciones que llevaron la firma de Wilfredo "el doctorcito" Huezo y nuevamente "Tolín" Infantozzi.


Pocos equipos en la historia del fútbol salvadoreño le han apostado a planteles plenamente nacionales para encarar un torneo. Tratar de aprovechar los atributos especiales que pueda dar un extranjero es lo que motiva a utilizar este recurso. En los últimos 30 años, sólo un equipo en la historia del fútbol nacional fue capaz de ser campeón utilizando jugadores nacidos en el país.

Fue el Marte de  la década de los ochenta el que consumó este logro. Dirigidos por un joven Armando Contreras Palma, los carabineros lo lograron   en la temporada 1980-81, cuando derrotó al Santiagueño en la final.
Carlos Cañadas era el portero de ese equipo, y recuerda cómo fue que se enfrentaron a ese reto de jugar con nacionales ese torneo y hacer historia. 

“La base de la selección era el Marte y  estaban Fagoaga, Norberto Huezo, Jorge Peña, Guillermo González, entre otros. Era un equipo   de primer  nivel, por eso no nos afectó que no hubiera extranjeros”,  expuso “el Cali”.

En dicha temporada, los marcianos terminaron en segundo lugar con los mismos puntos que el Santiagueño, venciendo en semis al Alianza y se vio  las caras con el representativo oriental.

Los carabineros ganaron el primer duelo 2-1 con dos goles de Guillermo González, y en el definitivo, jugado luego de una pausa de tres   semanas, ya en enero de 1981, el Marte se    impuso de nuevo, esta vez 3-1 con goles de Guillermo Lorenzana, Danilo Blanco y “el Doctorcito” Wilfredo Huezo.

ÚLTIMO CON CRIOLLOS
En la temporada 1982 que el Marte demostró que no fue casualidad ese título. Los capitalinos iniciaron el torneo empatando 1-1 con el UES en el Cuscatlán, en el juego que marcaba el debut con los azules de Carlos “el Cacho” Meléndez en la portería.

“El Marte venía de ser campeón  y estaba surgiendo una nueva generación de jugadores  y el único refuerzo era yo que venía de Costa Rica, éramos  jóvenes que andábamos bien, con hambre de éxito”, dijo Meléndez.

El Marte clasificó a las semifinales a falta de seis jornadas, luego de ganarle al Agave como visitante 2-1 en el estadio Barraza.  En semifinales los carabineros  vencieron al Once Lobos 2-0 en la ida con goles de Mauricio Perla y de Tolín Infantozzi; en la vuelta un empate a uno con gol de Will Huezo fue suficiente para acceder a la final. 

Ya en el juego definitorio enfrentaba al poderoso Independiente, que había despachado al Águila con un global de 6-2. El Marte no se amilanó y los venció 1-0, y en el juego de vuelta volvieran a imponerse 2-0. En ambos partidos marcó   Infantozzi y el gol definitivo lo hizo Will Huezo.

El Marte volvía a coronarse   solo con   nacionales. “Fue un equipo muy ordenado, con buenos jugadores”, recordó el técnico  Contreras Palma.






Armando Contreras Palma y prof. Lorenzo Marroquin :Salomon Campos , Willian Rosales , Mauricio Perla , Maurio Alvarenga , Milton Campos , Manuel Ramos y Ramos , Marcial Turcios , Chalo Henriquez,Danilo Blanco ,Will Huezo .








"Los marcianos" continuación de los combates por el título con el de los equipos de la Primera División, pero no fue hasta el 1980 la temporada podrían aumentar su sexto título.


El Atlético Marte sumó una corona más, la sexta, hasta 1980, esta vez bajo la dirección de Armando Contreras Palma con un plantel integrado sólo por jugadores salvadoreños. El equipo tenía una alineación habitual como esta: Carlos Felipe Cañadas, en el arco; Milton Campos, Alfredo Rivera, José Castillo, Jorge Peña, en la defensa; Manuel Ramos, Danilo Blanco, Ramón Fagoaga y Norberto Huezo, en el medio campo; Jorge Salomón Campos y Miguel González, en el ataque.
El quinto título fue al año siguiente, en 1970, siempre bajo la conducción de Carrasco Vivanco, y al plantel se le agregaron jugadores de buen nivel como Francisco Roque, Ernesto Aparicio, Manuel Cañadas, Adonay Castillo, Fernando Villalta y Roberto Morales, entre otros, así como los delanteros Elenilson Franco y Odir Jacques(brasileños).
Fue hasta 1969 que "los Mustang azules" lograron un nuevo título, esta vez bajo la conducción del entrenador chileno Hernán Carrasco Vivanco, quien dirigía a un plantel que era base de la selección nacional encabezado por el portero Raúl "Araña" Magaña, los defensores Guillermo Castro y Rodolfo Baello, los volantes José Antonio "Ruso" Quintanilla y el chileno Ricardo Sepúlveda y el delantero Sergio Méndez.

En la campaña de 1957, el plantel se reformó con figuras como el portero Francisco "Paco" Francés, el defensor argentino Rodolfo Baello, y nacionales de buen nivel como Guillermo "Loro" Castro, Julio César "Muñeca" Mejía y un virtuso con el balón, Mauricio "Pachín" González, entre otros. Con un plantel de lujo, el Atlético Marte alcanzó el tercer título consecutivo y de su corta historia de siete años.

Para la campaña de 1956, el Atlético Marte mantuvo la base de jugadores del torneo anterior y logró su segunda corona, de manera consecutiva, siempre bajo el mando de Conrado Miranda e Isaías Choto. El equipo se reforzó con el guatemalteco Gabriel Urriola.

Manuel "Tamalón" Garay, en la portería; Antonio Montes, Armando Larín, Rutilio Rivera y Luis "Loco" Regalado, en la defensa; Conrado Miranda, Gerónimo Pericullo (argentino), Juan Bautista Pérez (argentino), Raúl "Pibe" Vásquez (argentino). Gustavo "el Bordador" Lucha y René Pimentel.

Fue hasta la temporada de 1955 que el Atlético Marte alcanza su primer título, bajo la dirección técnica de Conrado Miranda, que también jugaba, e Isaías Choto. El equipo marciano alcanzó el título derrotando por 1-0 al Leones, de Sonsonate, con anotación de Fernando "el Gato" Barrios. Para esa época, los torneos se jugaban a dos vueltas uno contra todos.


La alineación titular de ese partido estaba compuesta por Manuel "Tamalón" Garay, en la portería; Antonio Montes, Armando Larín, Rutilio Rivera y Luis "Loco" Regalado, en la defensa; Conrado Miranda, Gerónimo Pericullo (argentino), Juan Bautista Pérez (argentino), Raúl "Pibe" Vásquez (argentino). Gustavo "el Bordador" Lucha y René Pimentel. El goleador Barrios ingresó de cambio.


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